Hontanar, fuente de vida

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Turismo y Medio Ambiente en Hontanar

El Tejo de la Tejera, nuestra joya

Bellota de chaparra o encina

Peonia

Flor del Almendro

Flor de Abedul

Peonia

Cantueso

Flor de Jara

Flor de Jara Blanca o Jaguarzo

Helechos

Romero

Fruto del Madroño

Castaño

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Grandes extensiones pobladas de Helechos

 

Hontanar, cuenta con gran riqueza botánica, dada su amplia extensión (152 km2) con diferentes pisos bioclimáticos que conforman ecosistemas únicos, llegando a encontrar especies catalogadas como vulnerables o de interés especial. La altitud, que oscila entre los 840 m y los 1.445 m en la cumbre de Corral de Cantos, y la topografía creada por la acción de la red fluvial origina singulares microclimas.

Estas características enmarcan a la flora de Hontanar dentro del denominado Bosque Mediterráneo, cuna de las más antiguas culturas occidentales, donde los viejos Encinares, Alcornocales, y los aromáticos matorrales mediterráneos, son el más genuino paisaje ibérico.

 

 

Probablemente una característica que define el monte mediterráneo es su olor. Los abundantes aceites esenciales que emplean para defenderse de los tórridos meses estivales, la Jaras, el Romero, el Tomillo, el Orégano, la Mejorana, el cantueso, etc., impregnan el aire, especialmente tras las lluvias de otoño.

 

Tejo de la Tejera,Hontanar. Ejemplar milenario de más de 3,6 m de curda y 11,40 de altura

Los bosques han resistido, imbatibles, al paso de los años, aún con la evolución de los usos humanos. El uso tradicional casi ha desaparecido totalmente aunque aún queda su impronta. Sin embargo, la huella de los carboneros, actividad practicada desde principios del siglo XX, se aprecia aún en nuestro paisaje salpicadas de viejos tocones, veredas y horneras….

En Hontanar podemos encontrarnos con especies de flora que se encuentran amenazadas o relictas en un estado de retrogresión, destacando, no por su abundancia, sino por esta escasez, el Abedul o el Tejo.

Tanto en el fondo del valle, favorecido por la profundidad del suelo y la humedad edáfica,  como en las umbrías medias y altas de las sierras aprovechando la humedad atmosférica, encontramos ejemplares solitarios constituyendo formaciones casi puras, o formando bosques mixtos conviviendo más o menos mezclados de: Tejo, Abedul, Encina, Quejigo, Roble o Rebollo (Melojo), Alcornoque, Arce de Montpellier, Pino, Fresno, Acebo y Olivo; Madroño, Mostajo, Enebro, Majuelo, Endrino y Cornicabra; Jara, Helecho, Cantueso, Brezo, Peonia, Clavel silvestre, Violeta del monte, y un largo etcétera, que conforman nuestro paisaje en mosaico de colores y aromas, ofreciendo sus múltiples usos y recursos.

 

[Textos: Laura Rincón Crespo. Fuentes: wikipedia y visitacabañeros.es]